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¿No es compartir tu alimento con el que tiene hambre
    y darle hospedaje en tu casa al pobre que no tiene dónde vivir?
¿No es dar de vestir al desnudo
    y dejar de esconderte de tus familiares?

»Entonces tu luz brillará como el amanecer,
    y tus heridas sanarán pronto.
Irá delante de ti quien te declara sin culpa
    y la gloria del SEÑOR te seguirá.
Así tú llamarás y el SEÑOR responderá.
    Gritarás pidiendo ayuda y él te dirá: “Aquí estoy”.

»Si quitas de ti la opresión,
    el dedo acusador y las palabras perversas,

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